20.12.08

Nos hacemos mayores.

El otro dia en la cena de Navidad de la empresa, un compañero hizo un comentario que me hizo darle vueltas a auna realidad que tenemos encima,y de la que a lo mejor no somos del todo conscientes.

Casi todos los que nos juntamos, o ya han pasado de los 30, o como es mi caso, nos acercamos peligrosamente a el abandono de la decada del 2.Y quieras o no,aunque uno pretenda ser un eterno adolescente, conforme pasan los años, tienes que hacerte más y más responsable.

Con todo esto no estoy diciendo que a partir de ahora vayamos a dejar de ir de bares para ir a la ópera, pero cuando salimos ya no es igual.

Antes quedábamos para hacer botellón, ahora nos reunimos en casa de alguien y nos tomamos las primeras en su casa. Calentitos y sentados, bebiendo, pero no nos exponemos a morir de una pulmonia ni a tener que hacer pipi entre dos coches escondidas entre los abrigos de tus amigas a modo de escondite.

Los bares tambien cambian, antes buscabas en el que mas ambiente hubiera y mas aglomerado estuviera y ahora buscas uno en el que no te machaquen con reggeaton y musica pachanguera y en el que no te sientas como Matusalén en una fiesta de preescolares.

Es curioso cuando te reunes o te encuentras con compañeros del colegio y del instituto. Hay gente casada, gente emparejada, gente desemparejandose y otros fabricando bebés. Y cuando hablas con ellos, uno de los primeros pensamientos que te acuden a la cabeza es cualquiera relacionado con aquellos tiempos en los que la subida del euribor era una cosa que a ti te sonaba a chino y tu maxima preocupación era que la paga te llegara para ir al cine y poco más.

Pasan los años y llega un momento en el que renuncias a las peliculas con buena calidad de imagen, y te conformas con la mejor versión que tu conexión a internet te permita descargar, porque es preferible tener a los ladrillos de tu casa debidamente alimentados cada mes antes que dejarte una pasta entre entradas y palomitas en el cine.

Luego llega un momento en el que incluso el cuerpo te empieza a pedir que bajes el ritmo.Vale, aceptamos el salir practicamente todos los fines de semana, un par de copas, unas risas y charla entretenida no le hacen mal a nadie, pero eso de aguantar hasta las 8 de la mañana empieza a hacerse más complicado.Aguantas peor el alcohol y esa resaca de la que antes te recuperabas en un día, cada vez tarda más en despegarse, lo que se traduce en un domingo tirada en el sofá como un trapito a base de zumo de naranja y analgésicos.

Como decía este compañero que os comentaba antes, estamos llegando a una edad en la que tenemos que volvernos más "sofisticados".Es decir, distinguir entre un vino de brick y uno de botella y reunirnos en casa de alguien a pegarnos una partida de singstar y no hacer el ridiculo por no sabernos las canciones más actuales pero bordar todas las de los años 80 y 90.

2 comentarios:

María dijo...

El martes cenamos un grupo de treinteañeros con un chaval de 20 añitos (tierno él). Y me dí cuenta del salto generacional que había. Por supuesto, no sabía quienes eran Take that, Yupi ni la mitad de los personajes que son míticos para nuestra generación.

Es lo que tiene cumplir los 30 y no haber muerto en el intento.

P.D. Todavía me estoy recuperando de la juerga del jueves.

Anónimo dijo...

hola!! soy nueva por aqui, me e apuntado atus seguidores!!


felicidades por tu blog, sta muy trabajo!!


un beso.


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